sábado, 1 de enero de 2005

Año nuevo

Feliz Año

El otro día escuché en la radio algo que no sabía y que me pareció muy interesante. La Navidad (así como otras ocasiones especiales, tipo cumpleaños o cosas así) es una de las épocas más importantes para el aprendizaje de los niños porque en estos días los padres tienen una oportunidad única para enseñarles algo: aprender a ilusionarse.
Parece ser que lo de la ilusión no es algo con lo que se nazca, si no que, para que se desarrolle esa sensación, hay que aprenderla. Nunca me había parado a pensarlo, pero tiene su lógica, porque es un comportamiento típicamente humano, supongo. Mis padres se debieron centrar mucho en enseñarme todo esto de pequeña, porque por alguna extraña razón, aunque me ilusiono por pocas cosas, con las que me ilusiono, lo hago a conciencia, y después pasa lo que pasa... Deberían también enseñar a afrontar las desilusiones. Sería muy útil...


Saludos

2 comentarios:

Veiga D.V.C. dijo...

a mi no me debieron enseñar eso, pq es algo que siempre me han dicho, no tiene ilusión por nada, ni creo que la tendre. Siempre que comenzaba a ilusionarme siempre me jodian la vida, y ahora me digo paso de todo. Mejor no ilusionarse por nada, ya se que la vida sera triste, pero quien ha dicho que sea alegre.

efremigio dijo...

Me siento un poco identificado con lo que dijo Veiga. Con el tiempo sí que me noto menos ilusionado por las cosas. Será porque si no esperas nada no te llevas desilusiones. Simplemente es dejarse llevar un poco, lo que tenga que venir vendrá (o no).

Creo que aprender a afrontar las desilusiones se puede aprender por uno mismo. Cosa de no pensar en las cosas demasiado. Un beso y feliz... esto