sábado, 11 de diciembre de 2004

De película

No me va mucho la política, pero hace unos días que llevo escuchando una cosa muy extraña sobre el posible envenenamiento de un político de Ucrania. Parece ser que hoy se confirmó todo. Solo hace falta ver el cambio tan espectacular que sufrió en solo unos meses. Parece sacado del argumento de una película.

Aquí está la noticia:

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Viktor Yúschenko fue envenenado con dioxina, que le fue administrada por terceras personas durante el transcurso de una comida, según ha anunciado el equipo de médicos austríacos que le trata en la Clínica Rudolfinerhaus de Viena.

"Sabemos que se trata de un veneno y sospechamos de la participación de terceras personas", aseguró Michael Zimpfer, director del Rudolfinerhaus, quien precisó que en las muestras de sangre del político se ha encontrado "una cantidad al menos 1.000 veces mayor a la concentración normal en la sangre" de dioxina.

A pesar de insistir que las investigaciones criminales quedan en manos de la Justicia, Zimpfer añadió que este producto tóxico es "extremadamente fácil de diluir en la grasa", lo que lo haría sencillo ocultarlo en "una sopa" si esta tuviera suficiente grasa.

Tras afirmar que "no existe duda alguna" sobre el envenenamiento, el médico instó a averiguar "quién cocinó, qué ingredientes se utilizaron y quién participó en la comida" que tomó días antes de su ingreso en la clínica el 10 de septiembre.

"La dioxina no es un producto que se pierda en casa", "no estamos tratando de un accidente doméstico", añadió el doctor, al precisar que se trata de una sustancia industrial utilizada, por ejemplo, en la elaboración del "agente naranja desarrollado por los americanos en Vietnam".

El doctor Nikolai Korpan, de origen ucraniano, agregó que no podía afirmar "con seguridad si se trataba de un envenenamiento simple o de una combinación" de sustancias tóxicas, ya que sólo se ha detectado la dioxina porque permanece más tiempo en el cuerpo.

El efecto sobre el organismo de este producto tóxico es comparable "a disparar contra un almacén de munición", ya que se produce un desarrolló dinámico de contagio en el que se provocan fallos de diversos órganos internos, dijeron los médicos, quienes destacaron que los resultados de los análisis ofrecen "evidencias concluyentes".

"Si la dosis hubiera sido mayor el veneno hubiera sido mortal", señaló Korpan, quien puntualizó que tampoco se complicó el cuadro clínico tras su primer ingreso en la clínica el 10 de septiembre, gracias, sobre todo, a la correcta terapia aplicada.

En cuanto al estado de salud de Yúschenko, los médicos austríacos declararon que actualmente "las funciones hepáticas han vuelto a la normalidad" y el estado general del paciente registra ya "una mejoría drástica".

En el futuro, el carismático líder opositor no requerirá tratamiento en un centro hospitalario, sino que deberá someterse únicamente a chequeos médicos para controlar su evolución.

El responsable del tratamiento y director de la clínica especificó que los "síntomas de la intoxicación permanecerán un largo tiempo" y no pueden asegurar que su "cara pueda ser restaurada", a la vez que excluyó la posibilidad de un trasplante de piel.

En cualquier caso, los médicos quisieron dejar claro que el candidato opositor a la Presidencia no "sufrirá graves secuelas a largo plazo" y aseguraron que el político permanecería en el hospital vienés hasta "mañana o pasado".

La mujer de Yúschenko, Katarina, declaró en Viena a los periodistas que en la noche en la que fue envenenado, al besarle en los labios, notó un sabor metálico de medicina.

Los facultativos no pudieron establecer el origen del mal en un primer momento, pero las sospechas saltaron cuando ya en septiembre consultaron a expertos internacionales en armamento químico y bacteriológico.

El doctor Korpan señaló que desde un principio sospecharon de un veneno porque "la gente que trató a Yúschenko, su familia, no sufrió de ningún contagio y una inflamación no tenía sentido".

Los médicos establecieron el margen de tiempo de su envenenamiento entre el 5 y el 10 de septiembre, fechas coincidentes con una cena que celebró con altos cargos del SBU, los servicios secretos ucranianos, herederos del KGB soviético.

A partir de ahí el fotogénico líder de la oposición ucraniana tuvo que ser tratado en la capital austríaca por especialistas que registraron un cuadro clínico sumamente extraño con pancreatitis, úlceras, gastritis aguda, inflamación muscular y dolores en el pecho.

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Las fotos del cambio, aquí: http://www.elsiglodedurango.com.mx/secca/seccion/internacional/nID/37130/fecha/11$12$2004/

http://www.cronica.com.mx/nota.php?idc=157512

http://servicios.eldiariomontanes.es/pg041209/prensa/noticias/Internacional/200412/09/DMO-SUB-078.html


Saludos

1 comentario:

efremigio dijo...

Parece mentira que pasen estas cosas a estas alturas. ¿Cuánto tardaremos en que la mitad del planta envenene a la otra mitad?